lunes, 24 de noviembre de 2014

El hombre que se enamoró de la luna, de Tom Spanbauer

"Buscar quien soy es quien soy"

"Una persona sin su propia verdad no es persona en absoluto, dijo Ida. Cualquiera que diga otra cosa es un imbécil y no merece ser llamado ser humano"

“El humo, el viento y el fuego son cosas que puedes sentir, pero no tocar. Con los recuerdos y los sueños sucede lo mismo. Están hechos de la materia del mundo.”
“Mueve, para los indios, significa vida. Todo lo que tiene vida se mueve. No hay nada que no esté vivo. Por consiguiente todo se mueve. Hasta las piedras están vivas. Y el polvo. Hasta las tablas y los techos de chapa están vivos, aunque es difícil ver cómo se mueven. Pero se mueven. Sólo hace falta saber cómo verlos moverse.”
“Cuéntanos una historia- dice alguien-. Cuéntanos la historia del hombre que se enamoró de la luna.
Cobertizo, así llamado porque habita con su madre el cobertizo  de la parte trasera de un hotel que hace las veces de prostíbulo, es un mestizo de indio y padre blanco regentado por Ida, la pragmática dueña del establecimiento. Cobertizo no sabe quien es su progenitor, sospecha que se trata de un hombre blanco que visita a su madre con frecuencia. Una noche, tras una discusión con esta, el hombre termina violando a Cobertizo enajenando así a la madre del chico que iniciará una persecución con afán de venganza que terminará con su vida. Ida se hará cargo entonces del joven iniciándolo en la prostitución homosexual.

Al cabo de los años, Cobertizo decide descubrir sus orígenes e inicia así un viaje encaminado a encontrar la tribu de su madre. En el trayecto conocerá a Dellwood, el hombre que se enamoró de la luna, un misterioso personaje que revelará a Cobertizo nociones y planteamientos místicos y espirituales sobre la esencia del hombre y la naturaleza. Ambos desarrollarán sentimientos afectivos que culminarán en sexo pero dos hechos insólitos harán tambalearse la intenciones de Cobertizo: primero, el misterioso hombre lleva consigo una foto de la madre del chico, más tarde, durante una estancia de varios días con la tribu que iba buscando seguirán las revelaciones místicas en un episodio que culminará con un hecho insólito que literalmente devolverá a Cobertizo a la vida.

Cobertizo regresa al hotel  de Ida y conoce a una nueva prostituta, Alma, de la que se enamora. Poco tiempo después aparece en escena Dellwood a quien Cobertizo ocultará la sospecha de que este puede ser su padre. Los cuatro comienzan así a convivir de una forma que no es aprobada por la comunidad mormona que habita ahora la ciudad y que causará conflictos que acabarán en tragedia.

Estos son, a grandes rasgos, los parámetros de la novela. No por casualidad se llama la ciudad ficticia en la que se encuentra el hotel Excellent pues simboliza con cierta ironía un lugar alejado del resto del mundo en el que los instintos priman sobre la razón, en el que la visceralidad, recurrente y explícitamente marcada de sexo y violencia aparece en escena para explorar la esencia primaria, el "yo" descubierto de capas, de todas esas capas que son como pieles superpuestas sobre los que no entienden el modo de vida de los cuatro personajes principales y tratan de aniquilarlo en pos de falsos convencionalismos. Sabremos quién gana la batalla en la voz en flashbacks de Cobertizo, reflexionaremos sobre si es más dichoso el que está en plena conexión con su esencia o aquel que se rodea de capas para permitirse levantar un dedo acusador apoyándose unos valores morales supuestamente diáfanos pero al fin y al cabo fabricados y por lo tanto artificiales. 

Tom Spanbauer es precursor de la denominada "escritura peligrosa",
un estilo literario
que trata de vertir en el proceso creativo los miedos, oprobios y  tabúes con el fin de enfrentarse a ellos. El resultado, al menos en este libro recuerda a la escritura explícita de Bukowski y a la lírica introspectiva más minimalista pero no por ello menos evocadora siendo el conjunto una especie de novela de iniciación en forma de Western. Es introspección a la intemperie, expuesta a los elementos a riesgo de ser desmoronada por el sol y por las lluvias pero, a la vez, portadora de la esperanza de convertirse en el camino más corto hacia nosotros mismos.

 

lunes, 17 de noviembre de 2014

La conciencia de Zeno, de Italo Svevo

   " Soy el doctor de quien se habla en esta novela a veces con palabras poco lisonjeras. Quien conozca el psicoanálisis sabrá juzgar la antipatía que el paciente siente por mí. [...] ¡Parecía sentir tanta curiosidad por sí mismo! ¡Si supiera cuántas sorpresas le reservaría el comentario sobre las numerosas verdades y mentiras que ha acumulado aquí!. "

 "Es cómodo vivir pensando que somos grandes y que nuestra grandeza permanece en un estado latente"

"No comprender a las mujeres es un síntoma de escasa virilidad"

"La vida se asemeja un poco a una enfermedad: también procede por crisis y depresiones. La diferencia con respecto a otras dolencias es que la vida es siempre mortal"



El libro abre con una declaración de intenciones: la de un psiquiatra con el firme propósito de vengarse de uno de sus pacientes por haber interrumpido la terapia, el protagonista absoluto de la obra, Zeno Cosini, publicando un relato autobiográfico, un tipo de diario del paciente sugerido por el psiquiatra como terapia para curar sus males.

El cuerpo del libro se centra en el perfil psicológico de Zeno Cosini, el paciente, un burgués refinado, con una insolencia innata acallada con reticencia en sociedad por las buenas formas y con una tendencia a la neurosis compulsiva. El hecho que propicia su predisposición algo titubeante a someterse a la terapia es su fuerte adicción al tabaco, vicio al que atribuye su "enfermedad"

Evidentemente, al ir desvelándose el contenido del diario, nos damos cuenta de que la "enfermedad" de Zeno está anquilosada en un lugar más profundo de su alma y que afectan directamente a su propia vida: una relación tumultuosa con su padre hasta el último día de vida de este que culmina en un episodio sorprendente a la vez que turbador, un matrimonio tan convencional como asfixiante, Zeno se esfuerza y consigue amar a la mujer con la que se casa a pesar de no ser de ella de quien se enamoró, los problemas económicos y la relación con una amante, mucho más joven que él que acabará en frustración.

Varios capítulos y vivencias del tipo completan el trascurso de retrato psicológico del protagonista en una obra en la que se alternan episodios de gran introspección con lances cómicos que rozan lo absurdo. Un retrato de la sociedad de Trieste a principios del siglo XX sirve como contexto histórico focalizándose en el entorno burgués e intelectual en el que Zeno suele abstraerse. El posicionamiento crítico de Svevo ante el psicoanálisis queda patente a través de todo el texto y el lector permanece con una duda continua a lo largo de las vivencias de su protagonista ¿sanará Zeno de su enfermedad?


lunes, 10 de noviembre de 2014

Cosmos, de Witold Gombrowicz

"¿Quién había sido el ahorcador? ¿Y para qué? ¿Cuál podía ser la causa? pensaba yo confusamente en medio de aquella vegetación que se excedía en miles de combinaciones; por otra parte estaba el fatigoso viaje en tren,la noche llena de ruidos ferroviarios,el sueño, el aire, el sol, la marcha con Fuks, mi madre, Kasia, el conflicto provocado por aquella carta, mi frialdad hacia Roman, mi padre,incluso los problemas de Fuks con el director de su oficina (problemas de los que me había hablado), las huellas dejadas por las ruedas, los terrones, los zapatos, pantalones, piedras, hojas, todo se concentraba de golpe en ese gorrión, como una muchedumbre arrodillada. Y él reinaba en su total excentricidad... Reinaba en aquel sitio"
"Precisamente. Si la vara no ha cambiado de posición, entonces, de cualquier manera, no importa, el asunto carece de trascendencia. Pero si alguien la movió, lo hizo para señalarnos el cuarto de Katasia... Alguien,¿te das cuenta?, alguien que debido a lo que dije anoche a la hora de la cena sobre el palito y el hilo advirtió que ya estábamos sobre la pista"
 Suena a thriller ¿verdad? O  a novela negra pero eso es sólo un reflejo. Se trata de un Gombrowicz, sí, un libro del mismo autor de Ferdydurke y con esta información basta para saber a qué atenernos en el momento de enfrentarse a la obra: una exploración de la psique humana llevando la trama al límite de lo absurdo, al terreno de lo insólito, a los recovecos al que solo la paranoia creada por la mente es capaz de llegar.

La trama es sencilla. Witold y Fuks, cada uno por razones diferentes, deciden darse un respiro de la rutina a la que están sometidos. Para ello se alejan de sus respectivos hogares y se encaminan a la campiña. Ya, desde el principio y justo antes de llegar a su destino, un tipo de pensión regentada por una extraña familia, descubren dos hechos que llaman poderosamente su atención: un palo colgado de un alambre y un gorrión sin vida colgado de la misma manera.

A la llegada a la pensión conocerán a los miembros de la familia: a un matrimonio, a su hija Lena  y a su esposo y a una sobrina, Katasia,  que por causa de un accidente tiene una deformidad en la boca. Es aquí donde empiezan los símbolos: las bocas. Witold imagina las bocas de las dos jóvenes uniéndose causando la visión en él una suerte de asombro y atracción instigadores que lo obsesionan; manos, Witold observará las manos de la bellísima Lena, de la que se enamora y las de su esposo y a partir de ellas tratará de hacerse un retrato de sus personalidades y de su vida íntima. Siguen los hechos insólitos, líneas en el techo que parecen apuntar a un culpable, la muerte de un gato a manos de uno de los protagonistas y el ahorcamiento de uno de los personajes. Todos intentarán reolver los misterios, todos se mirarán de soslayo. Lo más destacable del libro es que Gombrowicz, aún haciéndonos testigos en primera fila de lo que va ocurriendo nos transfiere el mismo estado paranoico que se apodera de los personajes. En mi caso, la gradación de inerte a humano que aparece de forma repetitiva y secuencial: palito>gorrión>gato>humano me mantuvo inquieto gran parte de la novela. La mala noticia es que Gombrowicz no desvela todos los misterios, la buena es que no importa que no lo haga.

La novela sigue las pautas habituales en la obra del autor: juegos de palabras, inventa o latiniza términos de manera absurda para esperpentizar a alguno de sus personajes, crea vocablos, notablemente "berg" y sus variantes, que poco a poco van tomando significado a medida que vamos avanzando, existe la usual preocupación por la búsqueda de significado frecuente en gran parte de la literatura modernista, aunque en este caso, casi aceptando la imposibilidad de abarcar el todo en conceptos, no queda más salida que lo absurdo.

Gombrowicz es un escritor profundamente metafísico, el origen y principios fundamentales de la realidad son una de sus mayores inquietudes. Si bien se sirve de lo absurdo o ridículo para explorarla, el sustrato de su inquietud sigue siendo el núcleo temático, lo vanguardista es sin duda la forma en que lo hace; una novela que muestra resultados y no indicios, en la que la búsqueda de pruebas crea un estado pananoico en los personajes y en el lector que no cesan de preguntarse ¿quién? ¿qué? ¿cómo? y ¿por qué?, misterios irresolubles que, a fin de cuentas, y tras la lectura del conjunto, dejan de tener importancia, son una mera excusa para la verdadera intención de la obra: trazar líneas rectas hacia los lugares más recónditos de la mente.