lunes, 25 de noviembre de 2013

Las cosas y Un hombre que duerme de Georges Perec

Las cosas

"Jérôme y Sylvie son una pareja de clase media que vive en París. Ambos son psicosociólogos, esto es, llevan a cabo encuestas sobre el consumo de productos por la población. No les interesa su trabajo y sueñan con una vida grandiosa llena de riquezas y de cosas bellas pero su sueldo no les permite cometer locuras, sin embargo, en cuanto ahorran lo más mínimo lo gastan en ropa inglesa muy cara"

Jérôme y Sylvie no tienen mayor importancia en el relato, son el mero complemento agente del verdadero protagonista, sujeto indeterminado de la acción, genérico abstracto que  toma la voz activa: las cosas.

Las cosas aparecen en el pensamiento, en el ansia de vivir, dándoles sentido, las cosas se amontonan y brillan visibles en un horizonte, fuera del alcance de las manos que anhelan tocarlas, poseerlas, aparecen en un futuro indefinido al que se corre pero nunca se llega.

El día a día es insoportable, la carencia de cosas amarga el carácter, provoca discusiones, hace tambalearse la relación; las cosas tienen más fuerza, cuadros, vajillas, zapatos, muebles. Ir recopilándolas supone un paso más a la felicidad, ir recopilándolas revela que se debe tomar las riendas para conseguir una meta. Un cambio de ciudad, un cambio de país, un ambiente extraño al que es imposible aclimatarse y comienza a perfilarse en un recoveco de la mente las palabras de Nietzsche "en última instancia lo que amamos es nuestro deseo, no lo deseado"

Un texto lleno de descripciones sobre los verdaderos protagonistas de la historia: las cosas. Una crítica al consumismo, al materialismo y a la realización personal a través de la gratificación inmediata.


Un hombre que duerme   

"Tienes veinticinco años y veintinueve dientes, tres camisas y ocho calcetines, algunos libros que ya no lees, unos cuantos discos que ya no escuchas. No te apetece acordarte de nada más, ni de tu familia, ni de tus amigos, ni de tus amores, ni de tus vacaciones ni de tus proyectos. Has viajado y no has traído nada de tus viajes. Estás sentado y solo quieres esperar, esperar hasta que no haya nada más que esperar: que llegue la noche, que suenen las horas, que los días se vayan, que los recuerdos se difuminen"

Je-m'en-foutisme o la indiferencia de Bartleby à la française

Un joven universitario decide no asistir a un examen y ahogarse en la indiferencia ante la vida. A partir de esa mañana pasará horas en su habitación ignorando las llamadas de sus amigos, bebiendo café, fumando y aprovechando la noche para deambular por París sin rumbo. Un narrador en segunda persona omnisciente observa cada paso, analiza cada acción, predice la débâcle existencial autoimpuesta por un personaje sin nombre que se aleja de sí mismo, de las convenciones de la rutina diaria en un retiro emocional contemplativo. Asistimos, pues, a como el protagonista mata los incentivos y se deja vivir en una inercia a bajas revoluciones. Más que el recurrente grito existencial encontramos un silencio indiferente, una calle angosta, oscura que suponemos sin salida pero que oculta al otro extremo un desenlace irónico, desmarcado del Bartleby de Melville; un atisbo de reconciliación.

Me parece oportuno leer ambas novelas en el orden reseñado por el contraste existencial que presenta Perec en estos dos relatos experimentales. Aquí encontraréis un breve comentario y valoración sobre la versión cinematográfica de Un hombre que duerme.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Naïf. Super, de Erlend Loe

"Un ser humano que pesa setenta quilos contiene entre otras cosas:

-Suficiente caliza para blanquear un corral
-Suficiente fósforo para hacer 2.200 cerillas
-Suficiente grasa para fabricar aproximadamente 70 pastillas de jabón
-Suficiente hierro para hacer un clavo de cinco centímetros
-Suficiente carbón como para hacer 9.000 puntas de lápices
-Una cucharada de magnesio

Peso más de setenta quilos. "

"Si el universo es efímero podemos sentir que la existencia humana no tiene sentido. ¿Para qué hacer algo? Por otro lado es tentador tratar sacarle el mayor provecho. De todas formas estoy aquí. La imaginación no sirve de nada cuando intento imaginar dónde estaría si no estuviera aquí"



Hace no mucho leía un artículo en The New Yorker sobre un ensayo escrito durante la República de Weimar por un buen hombre, un sociólogo que apuntaba premonitoriamente al centro de la diana de nuestro presente para denunciar nuestra predisposición a la conectividad: estamos perpetuamente receptivos a "lo nuevo" que caduca en instantes y que es reemplazado por algo "aún más nuevo". No tenemos tiempo de aburrirnos, al fin y al cabo, todos llevamos tecnología en los bolsillos, nos ciegan las luces de neón, nos ensordecen los anuncios a todo volumen, siempre en un tono que nos induce a consumir para realizarnos personal e incluso socialmente, a estar en un eterno estado estado de autoactualización. En breve, no disponemos de tiempo vacío y confundimos tiempo vacío con tiempo perdido. Una de las frases más reveladoras del ensayo da bastante que pensar "La gente que hoy en día tiene tiempo de aburrirse y todavía no se ha aburrido es tan aburrida como la gente que se las arregla para no aburrirse nunca" Resulta que quizás sería conveniente aburrirnos un poco más.

El protagonista de Naïf. Super se aburre, se aísla y pasa mucho tiempo consigo mismo. Su hermano mayor ha viajado al extranjero y le ha dejado vivir en su apartamento durante su ausencia. Pasa las horas pensando, sin saber qué hacer coge un libro de la estantería, un libro que habla sobre el universo, que expone diferentes teorías sobre su origen y su fin y va tomando consciencia de sí mismo, de su lugar en este caos que habitamos, hace listas, muchas, sobre cualquier banalidad que le pase por la mente, cualquier tema que lo ayude a conocerse y a dar sentido a la existencia. Para matar las horas jugará con una pelota roja, con un juego infantil de mesa y conversará con un niño de nueve años. La mayoría de personas que lo rodean no entiende bien su actitud, creen que pierde el tiempo, que piensa demasiado.Su hermano lo incita a salir de la coraza proponiéndole un viaje a Nueva York. Sin embargo, si prestamos atención, nos damos cuenta de que el protagonista vive, conoce a una joven, explora el mundo en actitud pasiva, simplemente se deja vivir.

Un libro que me entusiasmó por su trasfondo filosófico y existencial, muy accesible, un libro directo, está compuesto de un buen número de capítulos muy breves. Tiene un tono divertido, irónico, arranca sonrisas durante la lectura y por ello no puedo más que recomendarlo advirtiendo que mi entusiasmo supera con creces la propia calidad del libro pero confiando en que produzca el mismo efecto en quien lo lea.

lunes, 11 de noviembre de 2013

El marino que perdió la gracia del mar, de Yukio Mishima

"El peligro real no es más que la vida misma. Sin duda, vivir es el caos de la existencia y aún más que eso supone la tarea enrevesada de desmontar la existencia instante a instante hasta que el caos original sea restaurado tomando fuerzas de la incertidumbre y del miedo que el caos trae al recrear la existencia instante a instante. No se encontrará una tarea más dura que esta. No hay miedo en la propia existencia, ni tampoco incertidumbre pero vivir la crea."

Vivir atendiendo a las expectativas impuestas por la vida, por los demás, por nosotros mismos, desdibujarse y tratar de encajar luchando contra nosotros mismos, contra los elementos, contra el mar. Mishima crea perfiles en relieve que destacan de la mera existencia plana. Un marino, Ryuji, que encarna la fuerza, la virilidad, la lucha con el medio, los valores autóctonos; la propietaria de una tienda de antigüedades, Fusaku, que encarna la delicadeza, la femineidad , el goce de los placeres de la vida y el acercamiento a Occidente y por último, Naboru, un adolescente que se debate entre la infancia y la edad adulta. A medida que vamos pasando las páginas los personajes arquetípicos se van confundiendo con el medio, los trazos que los delinean se van borrando ocasionando que la protección que estos trazos ofrecen dé paso a un caldo de cultivo en el que les será imposible coexistir.

Naboru espía a su madre a través de un agujero en la pared desde la habitación contigua. Se siente fascinado por los barcos y su madre está dispuesta a consolar todos sus caprichos, un interés casi infantil por el mar nos oculta al principio la verdadera inquietud de Naboru y de su grupo de amigos autodenominados objeccionistas: desprecian lo subjetivo y los sentimientos humanos y tratan de llegar, mediante un entrenamiento ritual de endurecimiento que incluye matar y descuartizar gatos,  a la edad adulta libres de todo lastre de debilidad. Idealizarán al marino, prototipo del ser al que aspiran hasta descubrir que muchos de sus rasgos se alejan del ideal: sus sueños de grandeza, su inseguridad resurgida de un exceso de vanidad y sobre todo sus pretensiones al cortejar y luego enamorarse de la madre del adolescente que serán interpretados como signos de debilidad.

Los arquetipos hombre-mujer, fuerza-delicadeza, inocencia-perversidad dan buena idea del carácter de la narración. Es una novela marcada por contrastes, la vida del marino en tierra y sus aspiraciones contradictorias, la vida en soledad y en compañía. En ningún momento se disasocian estos opuestos hacia la búsqueda de un punto intermedio, el relato presenta cada una de las perspectivas de los tres personajes que no ceden ante la interacción llegando a un solipsismo que excluye a las otras dos. Y es esta exclusión el clímax del relato; la incapacidad de coexistir requiere una solución extrema.

El libro representa para muchos un testimonio clave del código moral y ético del autor que tomó medidas drásticas cuando sus ideales se vieron comprometidos. Un libro cruel, violento al plantear la incapacidad de supervivencia de contrarios extremos y aún así imprescindible.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Este mes ...#octubre 2013

Hola a todos,

La verdad es que este mes he leído bastante. Esta vez sin embargo no haré un resumen de lecturas, casi todas las obras han sido reseñadas o lo serán en un futuro y hace tiempo que quiero dedicar más espacio virtual al cine, a la televisión y a la música.Algunos me habéis dicho que me extiendo poco en cine así que intentaré ponerle remedio. De todos los libros elegiré uno que me haya parecido interesante por algún motivo así que allá vamos: Resumen octubre mode #ON

El rayo que nos parta de Jesús Artacho (5/5)


Mucho se viene hablando de la cantidadde escritores noveles que están publicando sus obras en este país intentando hacerse un hueco en el mundo difícil de la literatura. Casi la totalidad de obras de las que me llegan noticias tienen como base la novela negra, el thriller y en menor medida la ciencia ficción y me pregunto :¿ Qué pasa con la ficción literaria? El libro de Jesús Artacho llega como una bocanada de aire fresco. Es un libro de relatos muy personal, casi osado por nadar contra la corriente de la moda literaria y eso es algo que se agradece. Más que trasladar una trama a un patrón preestablecido, Jesús Artacho crea y se vierte en sus textos, hay mucha verdad en ellos, profundidad en temas variopintos que se extienden desde el amor hasta la incursión en el mundo de la literatura. Un autor muy joven con un bagaje cultural y literario que se percibe en los textos: trazas de Bolaño, de Borges, de Bernhardt, de Kafka... Textos que nos calan, que nos hacen esbozar sonrisas porque en ocasiones emplea la ironía inteligente. Un libro muy recomendable que huele a nuevo por ser clásico. Podéis pasaros por el blog del autor y leer alguno de sus relatos. Varios textos del autor han sido premiados en diversos concursos literarios. Aquí tenéis la URL de su blog en la que podréis encontrar alguno de ellos así como información sobre el libro. 

...he visto

Easy Rider, de Dennis Hopper (4/5)

Película de culto que para muchos ha envejecido mal pero que siempre agradece el vistazo al origen, que se erige como referente y fuente de influencias sobre lo que llegó después. Dos moteros encarnados por Peter Fonda y Dennis Hopper, que también dirige, cruzan los Estados Unidos para dirigirse a Nueva Orleans y asistir al Mardi Gras. A lo largo del camino van encontrándose a los personajes más variopintos hasta ser encarcelados y luego puestos en libertad por un abogado, Jack Nicholson, protagonista de una conversación estelar, el punto fuerte de la película en mi opinión, mientas se aventura al mundo de las drogas blandas. Un film muy recomendable en el que confluyen muchas road movies y películas que tratan el tema de la libertad individual y la crítica social que encuentran aquí su origen.



Fruitvale Station, de Ryan Coogler (4/5)

Sensación en el festival de cine de Sundance y basada en hechos reales. Cuenta la historia de Oscar Grant, caracterizado por Michael B. Jordan, flamante actor en el que muchos ven a un joven Denzel Washington. Grant fue asesinado por la policía como consecuencia de una pelea el día de fin de año de 2009. El incidente fue grabado por varios testigos que inmortalizaron el momento en la estación de tren de Fruitvale, lugar donde ocurrieron los hechos. El caso tuvo gran repercusión social y mediática y está bien llevado de la mano de Coogler en el film. En mi opinión, y en contra de la opinión de muchos, la película me pareció brillante, no lo dudo aunque algo tramposa y manipuladora. Ya la carátula que podéis ver a la izquierda lo es, idealiza demasiado al protagonista, casi nos obliga a posicionarnos en uno de los bandos, no obstante está muy bien rodada y es muy recomendable.

The Bling Ring, de Sofia Coppola (3/5)

El más reciente film de Sofia Coppola está basado en hechos reales y versa sobre la fascinación de ciertos jóvenes por el mundo de Hollywood, jovenes que llegan hasta el punto de entrar en casas de las "celebrities" y robar sus pertenencias. Me gustó la parte que retrata la fascinación vacua de los jóvenes por los famosos de "mucho ruido pocas nueces" de Hollywood pero no tanto la ambigüedad de Coppola al tratar el tema. Se le va de las manos, no llega a posicionarse y la crítica social queda algo diluida en el brillo de lo que compra el dólar. Crítica social existe y es cierto que se basa en hechos reales y que esto produce ciertas limitaciones pero la voz de Coppola queda algo ahogada.


Camille Claudel 1915 de Bruno Dumont (3/5)


Decir que Binoche está magnífica en esta película es casi absurdo, no da lugar a dudas. La película en sí cuesta aceptarla en su totalidad. Nos envía a 1915, año de una de las  últimas visitas de Paul Claudel a su hermana, la escultora Camille Claudel que enferma como causa de la ruptura de la relación que mantuvo con Auguste Rodin. El realismo como método de narrar me gusta, lo real puede llegar a ser molesto y me costó digerir que Dumont y Binoche se rodearan de enfermos mentales reales para rodar la película, hay escenas que se hacen difíciles de ver y la película peca de monótona a pesar de no ser demasiado extensa. Para conocer la historia de la genial escultora Camille Claudel preferiría recomendar la versión rodada por Bruno Nuytten y protagonizada por Isabelle Adjani y Gérard Dépardieu, La pasión de Camille Claudel.

Turtles are surprisigly fast swimmers, de Satoshi Miki (5/5)


Sé que no merece una calificación tan alta, lo digo ya de antemano pero disfruté tanto de esta película. La trama es sencilla. Una joven casad con un marinero que pasa largas temporadas en el mar se aburre esperando una llamada suya que siempre resulta interesarse solo por un detalle: la tortuga que tiene como mascota. Muy pronto la joven decidirá dar un sentido a su vida, dejar de ser invisible aunque aprovechará su invisibilidad para responder a un anuncio que busca espías para un proyecto que nunca se revela. Lo que ocurre en el film es una auténtica locura, divertidísimos lances cómicos, uno tras otro, sin tregua. Una película jugosa, rebosante de escenas muy llamativas como cien escalones cubiertos de manzanas o un pasadizo bajo un banco en el parque. Muy divertida.



Mud, de Jeff Nichols (4/5)

Un fugitivo, Mud, se esconde en una isla próxima a la costa sur de Estados Unidos. Se busca por homiciado en un intento de proteger a su prometida. Dos adolescentes lo ayudarán a escapar y a reencontrarse con su novia pero este encuentro tendrá consecuencias tanto para Mud como para los jóvenes. Muy biena película que me apeteció ver como consecuencia de mis continuas incursiones literarias por el sur de los Estados Unidos, una película coming-of-age interesante, profunda y con un Matthew McConaughey bastante sorprendente. Muy recomendable.





Ain't them bodies saints, de David Lowery (3/5)

Mi entusiasmo a posteriori no se ajusta a las expectativas iniciales. Y es que la película es muy potente visualmente, al estilo de Malick, los actores están bastante bien pero es plana y lenta, se arrastra estirándose hasta el final una trama muy convencional mil veces vista ya. Una pareja de jóvenes enamorados comete crímenes, ella mata a un hombre, él carga con la culpa, escapa de prisión para reunirse con su amada y con la hija que no ha conocido, nacida durante su cautiverio, eso es todo, ni más ni menos.





Eraserhead, de David Lynch (5/5)

Mi primera apuesta para Halloween, un film que siempre me ha parecido terrorífico. Terror surrealista que surge de lo absurdo, de las pesadillas, de lo onírico cohabitando con lo real. Imposible para mí, y esto es una asociación personal, no pensar en Un perro andaluz de Buñuel. Aquí Lynch nos lleva por parajes industriales que florecen en lugar de la naturaleza y nos adentra en la vida de un hombre simple que sueña a la vez que vive, que de repente se encuentra casado con una exnovia con la que comparte la tutela de un neonato mutante, deforme, terrorífico. Abandonado por su esposa, tendrá que cuidarlo solo entrando en una espiral terrorífica, absurda, surrealista. David Lynch en lo mejor que da de sí.







The Conjuring, de James Wan (4/5)


Del director de Insidious y Saw, u a propuesta interesante que, a pesar de irse un poco de las manos cumple su cometido. Dos historias basadas en casos reales investigados por la pareja de parapsicólogos Ed y Lorraine Warren. La primera ocupa los primeros diez minutos de la película y trata sobre una muñeca poseída por un espíritu y la segunda, la que ocupa el cuerpo del film, trata sobre una casa poseída por el espíritu de una bruja juzgada en Salem. Segunda propuesta de Halloween, sustos y tensión garantizados.









Drinking buddies, de Joe Swangber (3/5)


Dos fanáticos de la cerveza, amigos y socios en un negocio tienen un negocio enfocado en su pasión y pasan gran parte del día juntos. Ademásdel gusto por la cerveza comparten un carácter extrovertido y flirtean sin parar sin llegar a mayores, ambos están comprometidos. Todo cambiará durante una estancia en una cabaña en el bosque en la que comprobaremos que no todo es lo que parece. Protagonizada por Olivia Wilde y Jake Johnson (lo hemos visto en New Girl) hace pasar un buen rato sin más y sin menos .




Propuesta seriéfila

Orange is the new black (5/5)

Creada por Jenji Kohan (Weeds) y producida por Netflix (llegará algún día a España).

Piper Chapman es enviada diez años a prisión como consecuencia de la colaboración con una traficante de drogas que es, además, su compañera sentimental. Justo antes de su ingreso a prisión, el espectador comprueba que Piper ha rehecho su vida con un joven (Jason Biggs) que tiene que aprender a lidiar con la nueva situación. En cada capítulo, Piper, acostumbrada a una vida disoluta tendrá que aprender a sobrevivir entre rejas. Situaciones cómicas y dramáticas se irán entrelazando y, a través de ellas conoceremos la vida anterior al encarcelamiento de cada una de las internas. Muy interesante primera temporada que deja traslucir el personalísimo estilo de Kohan. Muy recomendable.


 

...he escuchado...

Muchas cosas nuevas, muy buenas pero quedan eclipsadas por la muerte de uno de los mayores poetas junto a Bob Dylan. Nos dejó durante el mes de noviembre Lou Reed y todo lo demás, en el terreno de la música, pasó a un segundo plano. Aquí os dejo una pequeña playlist.

Walk on the Wild Side

Sweet Jane

Satellite of Love

Perfect Day

Vicious

Street Hassle

Sally can't dance

The Last Shot

Men of Good Fortune


My Friend George

I'm Waiting for the Man

Pale Blue Eyes

Sad Song

Coney Island Baby

Dirty Blvd








Y vosotros ¿qué habéis hecho? Contadme y sobre todo, recomendadme. Un abrazo :)