"No hace mucho fui a comer con un amigo. Se echó a llorar. Quería construir un barco y zarpar hacia Tasmania. Me reí en su cara. Una semana después sufrió una hemorragia cerebral. No somos capaces de aprender nada sobre los estereotipos que nos rodean, ni siquiera que somos todos iguales"
"¡Eso es magnífico! Cuéntamelo. Odio mi vida. Estoy en ese momento en el que quiero oír sobre la vida de la gente, es como saltar de la ficción a la realidad. El principio del fin."
"Nos rodeábamos de humo y de ruido. Esa es la forma de vida que habíamos elegido"
"América solo se puede ser salvada por lo que está intentando destruir"
"Demasiado ha sido ya olvidado en el nombre del recuerdo"
Imponente debut literario de uno de los cuatro pilares de la narrativa contemporánea estadounidense. DeLillo junto a McCarthy, Pynchon y Roth ,considerados por muchos los mayores exponentes de la literatura posmodernista americana, cada uno con sus peculiaridades aunque convergiendo en un mismo fin, desmontan pieza a pieza un puzle que llega ensamblado ya de fábrica, una imagen preconcebida y aceptada para el resto del mundo- el sueño americano- un espejo que refleja una realidad que estos autores descomponen en esquirlas.
¿Quién sino David Bell puede ser el aspirante más arquetípico a ganar la carrera hacia la consecución de tan preciado sueño? Joven, atractivo, ambicioso y ya posicionado en los altos cargos ejecutivos de una cadena de televisión. Humo, alcohol y ruido. Lo hemos visto gráficamente en Mad Men, hombres que intentan escalar y hacerse hueco en un mundo en el que la competitividad es una cualidad al alza, un mundo en el que las conversaciones son de una superficialidad tal que su única valía es aparentar más que expresar, un eterno "parezco ser como vosotros ergo sum" más que un "existo a mi manera y a vuestro pesar, soy una pieza que no encaja en el puzle"
David, ya divorciado, también bebe y se acuesta con mujeres, se deja llevar por los senderos ya trillados por otros. Camina con paso firme hasta el momento en que tropieza consigo mismo y reacciona. Aleja la vista del horizonte y mira hacia un lado cayendo en la cuenta de que hay más que el punto fijo que brilla al frente; se convierte en el asno que ya no persigue la zanahoria atada al extremo de un palo asido por el que lo monta y dirige y ahora ¿cómo caminar solo? ¿dónde brilla el punto que le hará reencontrarse consigo mismo?
La primera parte de la novela es básicamente un análisis de la sociedad americana, sobre la banda oscura que cubre los ojos de aquellos que caminan sin ver guiados por el hedor que les huele a aroma de éxito. El contexto es clave; el país está en pleno conflicto con Vietnam.
David pone un pie fuera del camino y decide desviarse, decide hacer una especie de documental sobre los indios Navajo y deja las cuatro paredes de la oficina para embarcarse en un road-trip en el que, sin llegar a perder su obsesión por el éxito,- llama constantemente a la oficina para interrogar a su secretaria si los nuevos empleados son más jóvenes o atractivos que él-, va gradualmente encontrándose a sí mismo en un camino existencial que recuerda al de Kerouac. Lo que se encuentre al final del trayecto queda aún por descubrir, lo que encuentre David dentro de sí mismo queda aún por explorar, son estos los núcleos del libro.
Resulta sorprendente la vigencia que destila esta novela que se acerca ya al medio siglo. Tan universal, en este caso no con las connotaciones más positivas del término, que nos hace pensar inmediatamente en la globalización, en la publicidad agresiva desmedida e influyente que nos asemeja a todos y nos alambica con un embudo de falsa promesa de felicidad. Tengo que decirlo: Beigbeder y demás autores europeos que jugáis al posmodernismo. DeLillo lo hizo hace 44 años mucho mejor que vosotros, fue ya un visionario que previó las coyunturas de la que recogemos el testigo por mera experiencia y que lanzó la advertencia de que caeríamos en el abismo de nuestra propia alienación.
Hola Jose!
ResponderEliminarTengo a deLillo en el punto de mira desde hace años. Pero nunca acierto a ver por dónde empiezo. Sé que elija lo que elija, voy a tener que implicarme porque este señor no es gratuito en ninguno de sus tramos. Pero creo que optaré por Punto Omega, ya que parece que es un acierto y no es extenso hasta la extenuación. Luego seguiré con Ruido de Fondo, que también anda por casa. Y quizás, después opte por este Americana que hoy nos traes.
Sí, es hora de entender por qué tanta gente habla bien de este señor. Y por qué muchos otros le tienen miedo.
Genial Reseña!
Un abrazo!
Vaya pues yo no conocía al autor :( Y este libro tampoco claro, aunque no me importaría leerlo, por lo que cuentas creo que sería una lectura interesante
ResponderEliminarBesos
Gracias por la presentación; aunque de momento lo dejo pasar. Un beso.
ResponderEliminarTiene una pintaza estupenda. Desde luego, menudo debut literario... :-O
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leer a este autor, y me ha gustado la reseña, así que me apunto su debut. Me ha gustado como has terminado, porque yo pienso lo mismo... A algunos les cuesta admitir que la mayoría de los grandes escritores, hoy en día, son estadounidenses, poniendo de ejemplo a todos esos que has mencionado, pero también a muchos otros.
ResponderEliminarBesooss!!
Qué interesante, sobre todo creo que me gustaría esa especie de inmersión en la cultura americana más allá de ese sueño americano que tanto se nos vende. E interesante sobre todo por lo que comentas además, por haber sido escrita hace décadas y, aún así, tocar aristas que parecen tan de actualidad.
ResponderEliminarMil gracias por traerla, Yossi :)
Un abrazo!
Esta si que me la llevo, me parece muy interesante tanto el análisis inicial que hace de la sociedad, como el "road trip" que hace luego.
ResponderEliminarUna buena propuesta.
Un beso!
Tengo debilidad por la literatura Estadounidense, sobre todo de principios-mitad del siglo XX, pero DeLillo es un autor que me llama la atención y tengo en el punto de mira, a ver si me hago con alguno de sus libros en breve. Este tiene una pinta estupenda. Me quedo con "Humo, alcohol y ruido". Parece hecha para mí. Un beso :)
ResponderEliminar¿Por qué le has dado ese guantazo al final a Beigbeder y compañía? Ups. Me ha gustado mucho que hayas sacado el genio.
ResponderEliminarEn cuanto a la novela es que me has mentado Mad Men y ahí ya me ganas por la mano aunque reconozco que cuando veía la serie daban ganas de abrir la ventana con tanto humo. El caso es que esta me la apunto.
Besitos
Un autor que lleva mucho tiempo en mi lista de pendientes, pero no termino de atreverme. Aunque ahora me has dado un pequeño empujoncito. Creo que disfrutaría con la lectura de este libro.
ResponderEliminarBesotes!!!
44 años y sigue sin envejecer- un ´clásico es mi diagnóstico. Me gusta Roth, DeLillo está por descubrir.
ResponderEliminarQue ha y que leer al autor dices ¿no? por si he captado el mensaje, bueno, no solo yo sino Beigbeder y compañía. Entiendo que esto acaba de empezar [...]
ResponderEliminarMe he ido un rato, ahora estoy más ubicada, estaba atrás en el tiempo, tirando de las otras reseñas que publicaste, me ha servido, no solo para saber más del autor y de por donde van los tiros, sino para percibir cambios, qué reseñaza, ahora con todos los argumentos. Reconozco que algo me impone pero también reconozco que ya no hago caso a tantas imposiciones.
Un beso :-)
Vale, vale, si en verdad ya estaba en el punto de mira. Pero haces que tenga esa sensación de ¿a qué estás esperando? que tanto me inquieta. Aunque estas búsquedas existenciales me dan un poco de yuyu porque hay cada birria... pero claro, es Don DeLillo ¿no?. Eso es un plus en que habrá que confiar.
ResponderEliminarUn abrazo
Parece una novela interesante. buena reseña.
ResponderEliminarabrazos!
La leeré en cuanto pueda. Tu reseña me ha método muchas ganas de hacerlo.
ResponderEliminarAbrazos
Puede ser que lo leyera contigo y comentáramos el tema deportivo?
ResponderEliminarNo lo recuerdo, pero en todo caso lo he recomendado ya unas cuantas veces. Sobre todo para leerlo con perspectiva, sin apartar la fecha en que se gestó, porque eso nos ayuda a colocar a cada uno en su sitio
Besos
este sí que sí, y me parece el idóneo para empezar con él, que no he leído nada. Un besote!
ResponderEliminarPues muchísimas gracias por este gran presentación. No conocía al autor y menos ese atrayente título. Me ha encantado tu reseña, por lo que apuntado queda. Lo leeré sin duda. Saludos desde locura de lectura
ResponderEliminarDeLillo y Pynchon están en espera porque los intereses lectores me llevan por otros caminos, pero tengo obras suyas en mi estantería: Submundo del primero y Arco iris de gravedad del segundo (este tendrá que ser en verano que tendré más tiempo).
ResponderEliminarMcCarthy uno de mis favoritos sin duda alguna, tengo aún bastante por leer de su obra y Roth otro de mis favoritos con pendientes también por leer.
Dicho lo dicho, tu reseña me ha provocado hambre por DeLillo, quizás le busque un hueco pronto. Si fue escrita a principios de los setenta tenía un buen panorama de la sociedad del consumo y del bienestar tan criticadas alrededor del 68 por la juventud y estaba muy cerca de la desregularización legal de la era Reagan de los años 80 que nos ha conducido al neoliberalismo y la crisis actual. Otra época que me interesa mucho y que me tiene enganchada leyendo a Byung-Chul Han y a Zygmunt Bauman. ¿Quizás para entender la actualidad haya que leer Cosmópolis o Punto Omega (yo llamo en broma a mi pareja omega, las razones imposibles de explicar)?
Y paro que me alargo.
Un abrazo!
Comparto contigo, Yossi, que todos los que citas son pilares literarios de la cultura de E.E.U.U., pero a mi me siguen sin agradar demasiado, aun reconociéndoles su compromiso de ser críticos de aquellos aspectos que esa misma forma de ser conlleva.
ResponderEliminarSalvo Roth, el resto me resulta abstruso y algo ambicioso, aunque no niego sus talentos. Será cuestión de hacer experiencia.
Como siempre, una reseña impecable.
Un fuerte abrazo.
Tengo pendiente a Don Delillo (entre otros, ojo), pero empezaré con otro =)
ResponderEliminarBesotes
Don DeLillo, ese autor: todo el mundo me dice que pruebe, pero a mí no me atrae.... Y lo peor es que seguro que si leo algo suyo lo acabaría disfrutando mucho! Pero en cuanto a cultura americana postmoderna, casi me quedo con sus distintas versiones televisivas. 1beso!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarTodavía no lo he leído, aunque ganas no me faltan. :)
Estupenda reseña.
Besos.
Bueno, pues vale, ya me estás fastidiando, éste también me gusta, casi más que el de Dazaí, aunque me doy cuenta que no son comparables, son bien distintos. Utilizar como adjetivo para describir una sociedad con la serie de Mad Man, desde luego que dice mucho, ufff, ¡qué horror de época! el otro lado que muestra esa imagen son las películas de Doris Day, y la posible curación de esa mentira superficial, puede que la traigan películas como Birdman.
ResponderEliminarEn fin, malo de Yossi, me lo voy a llevar, porque no he leído a DeLillo; porque creo que fue Edward Said, poco aficionado a la literatura norteamericana, por ser más un enamorado de la inglesa, recuerdo que citó entre las excepciones a este autor que traes: y luego porque por lo que dices en este reseña.
¡No sabes cómo me apetece ya!